Cuando hablamos de biomasa, nos estamos refiriendo a una serie de productos que son susceptibles de ser transformados en combustible. Es, en esta transformación, que vamos a obtener la energía. Pero ¿qué es exactamente la biomasa y cuáles son sus aplicaciones prácticas?
¿Qué es la biomasa?
La biomasa es el poder de la materia orgánica para convertirse en energía. Es necesario que se trate de una fuente biodegradable porque es, en esa degradación, que se producirá la transformación gracias a las tecnologías apropiadas, aunque también puede darse de manera natural y espontánea.
¿Qué reglamentos hay que consultar?
Esta materia puede estar formada por productos, residuos o desechos de origen biológico, como podrían ser el resultado de la actividad agraria. También podrían incluirse sustancias de origen vegetal así como animal, de la pesca y la acuicultura, o de la silvicultura. También podrían serlo algunos residuos industriales, en forma de subproducto y bajo el nombre de biomasa residual. Y, por último, los municipales, que son de origen biológico. Así pues y, para ser exactos, la Directiva (UE) 2018/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 11 de diciembre de 2018, relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables viene a definir la biomasa como la fracción biodegradable de este tipo de materia.
¿Qué recursos biomásicos existen?
La biomasa es, por tanto, materia orgánica destinada a producir energía. Por su amplia definición, la biomasa abarca un amplio conjunto de materias orgánicas que se caracteriza por su heterogeneidad, tanto por su origen como por su naturaleza.
- Agrícolas y forestales: todos aquellos que se generan a partir de cultivos de leña o de hierba y los producidos en el desarrollo de actividades propias de estos sectores.
- Residuos biomásicos procedentes de las aguas residuales y de los lodos de la depuradora.
- Subproductos residuales sólidos urbanos.
- Subproductos biomásicos industriales.
¿Cómo se produce la transformación de la biomasa?
La materia orgánica que es fuente de energía en su transformación a biomasa, puede pasar por cuatro procesos básicos para generar calor y, finalmente, electricidad. Estos procesos básicos, ordenados de mayor a menor son los siguientes:
- Pirólisis
- Combustión
- Gasificación
- Digestión anaerobia
Pirólisis
La pirólisis es el proceso supone la exposición de la biomasa a temperaturas extremadamente elevadas (rozando los 500ºC) pero con la diferencia de que no hay oxígeno. El objetivo de someter a la biomasa a este proceso por pirólisis es la obtención de carbón vegetal así como de combustibles líquidos, como lo son los hidrocarburantes.
Combustión
La combustión la biomasa pasa por una fase de elevadas temperaturas con un exceso de oxígeno para facilitar la degradación de toda la materia. Ésta sería la forma habitual para la obtención de calor en viviendas. Pero también de producción de calor en entornos industriales así como para la generación de electricidad.
Gasificación
La gasificación se somete a la biomasa a muy altas temperaturas en presencia de cantidades limitadas de oxígeno, las necesarias para conseguir así una combustión completa. Según se utilice aire u oxígeno puro, se obtienen dos productos distintos, en el primer caso se obtiene gasógeno o gas pobre (este gas puede utilizarse para obtener electricidad y vapor), en el segundo caso, se opera en un gasificador con oxígeno y vapor de agua y lo que se obtiene es gas de síntesis. La importancia del gas de síntesis radica en que puede ser transformado en combustible líquido.
Digestión anaerobia
La digestión anaerobia se basan en la utilización de diversos tipos de microorganismos que degradan las moléculas a compuestos más simples de alta densidad energéticas. La digestión anaerobia de la biomasa por bacterias, se puede utilizar en explotaciones de ganadería intensiva, con la instalación de digestores o fermentadores, en donde la celulosa procedente de los excrementos animales se degrada en un gas que contiene cerca del 60% de metano.
¿Cómo utilizar biomasa en casa?
La biomasa en los hogares su utiliza, principalmente para producir calor y agua caliente. De igual manera, se puede utilizar esta energía para producir electricidad. Así pues, la biomasa puede generar un sistema de climatización en tu casa sin necesidad de gas o electricidad.
Biochimeneas diferentes
Existen diferentes métodos de producción térmica proveniente de biomasa en función del espacio que queramos climatizar. Podemos encontrarnos estufas de leña o pélets que pueden calentar una habitación de una vivienda, calderas pequeñas para viviendas unifamiliares u otras más grandes capaces de actuar como calefacción centralizada en un bloque de viviendas. También existen centrales térmicas que pueden dar calor a varios edificios, instalaciones o grupos de viviendas.
Podemos encontrar diferentes combustibles de biomasa sólidos que pueden utilizarse en edificios o viviendas como pueden ser los pélets, leña, astillas, etc… Estos sistemas de calefacción son tan fiables como aquellos de de gas o electricidad, por lo que, de esta manera, tenemos un buen sistema de climatización sin necesidad de consumir los recursos habituales.